Rubén Domínguez y Kike Acosta, dos grandes amigos enamorados del basket decidieron tomar las riendas del Club, recogiendo el testigo gracias a la iniciativa de David y María, quienes en 2009 comenzaron a promover el baloncesto de Tarazona, así como de las muchas personas que siempre aportaron su granito de arena al baloncesto en Tarazona.

Más adelante el club se enriqueció con las incorporaciones de Pedro Cid, Javier de Miguel (Chevo), Cristian Hueso, David Angós y Adolfo Úcar en la directiva, pero desde el Club sabemos y reconocemos a las cientos de personas que han formado parte de esta aventura: jugadores, padres, entrenadores, monitores, árbitros, personal de mesa, miembros de la Federación, colaboradores, patrocinadores y amigos. Su compromiso y apoyo han sido fundamentales para crear un entorno positivo y fortalecer el tejido social del club, convirtiéndolo en una verdadera familia unida por el amor y la pasión hacia el baloncesto.

El club de baloncesto se erige sobre una visión clara y firme: ser un pilar en la promoción y el desarrollo del baloncesto en Tarazona y sus alrededores, creando un entorno en el que la pasión por este deporte se combine con un crecimiento personal y colectivo sostenible. Esta visión se nutre de valores profundamente arraigados que definen nuestra identidad y guían nuestras acciones. Nos comprometemos con la generosidad, entendida como el apoyo desinteresado entre todos los miembros de la comunidad; la deportividad, la competitividad sana, que impulsa a cada jugador a superarse manteniendo la ética deportiva; la educación, como vehículo para el desarrollo de habilidades vitales más allá del deporte; la tolerancia, fomentando un espacio inclusivo y respetuoso; y la diversión, asegurando que la experiencia deportiva sea enriquecedora y alegre para todos. Son estos valores los que hacen de nuestro club no solo un equipo, sino una gran familia deportiva.